Actualmente desaparecida pero es justo que justificamos su desaparición.

El señor cura Francisco Pons Moncho, tomó la decisión de hacer desaparecer el edificio y levantar el bloque de viviendas en la que está la nueva casa Abadía, que consta de despachos, archivo parroquial y salón de actos parroquiales.

Historia del edificio desaparecido.

Fue este edificio casa de campo de un moro notable de Dénia, que el rey Jaime I El Conquistador concedió al valeroso capitán Pedro Eiximen Carroz, señor de Carroz y Rebollet, para acompañarlo en la toma de la ciudad de Dénia 1245, con plenos poderes para ceder y repartir el fruto de la conquista (tierras, casas, caseríos, hornos, molinos, etc.) el cual entregó al señor Francisco Vives, el lugar y casa de campo referida con todas las tierras que componían aquel término, cuya extensión era superior al actual término municipal, quedando con este hecho, el primer señor de el Verger.

Tal señor Vives, realiza las primeras obras para acondicionar las dependencias de esta casa, a fin de poder vivir en ella, ampliando sellers y dependencias para guardar el aceite y el resto de cosechas. Su fábrica de construcción era débil y al igual que la almazara que hoy ocupa el cine Lopez Cabrera. Los descendientes del referido Señor del Verger, continuaron perfeccionando la obra hasta llegar el momento en que el duque de Lerma compra el Señorío de El Verger con todas las tierras y dependencias al último Señor del Verger, el padre Jerónimo Vives, el 21 de septiembre de 1580. en este edificio nacieron los padres de Luis Vives y también vivió en él, el gran humanista y filósofo del mismo nombre.

Cuando los sucesos de la Germanías, en 1519, Baltasar Vives Señor entonces El Verger, alojó en esta casa al virrey y capitán general de Valencia don Diego Hurtado de Mendoza, conde de Melito, que huyó de Valencia perseguido por Germanías, para luego pasar a Dénia que tenía puerto de mar y poder escapar con mayor facilidad.

El señor Baltasar Vives recibió carta del emperador Carlos I, dándole las gracias por los servicios prestados al conde de Melito. La referida carta dice así: Al amado nuestro mosén Baltasar Vives. El Rey, el padre Vives: El ilustre el señor Diego de Mendoza nuestro lugarteniente y capitán general, nos ha escrito el cargo que nos tiene, y lo que para él haga, que nos tenemos por muy servidos y nos plairà que se ‘ofrezca algo en lo que puede ser gratificado como vuestra fidelidad y servicios merecen. Dada en Bruselas a 12 de septiembre de 1520. Yo el Rey. Salvo de Viciana, Crónica de Valencia, Partida IV, Folio 71, Chabás. Historia de Dénia Tomo II, página 82, edición del Instituto de Estudios Alicantinos.

El propio duque de Lerma, mientras construía su palacio frente a la casa, descansó en muchísimas ocasiones en el referido edificio.

Terminada la construcción de la iglesia ordenada por el duque de Lerma y comenzados los cultos en 1581, pasa a ocupar ya como Casa Abadía este edificio el primer cura llamado.

Los reyes de España Felipe III y Margarita de Austria contrajeron matrimonio en la Catedral de Valencia y en viaje de novios en Dénia, se alojaron en el palacio del duque y el resto del cortejo lo hizo en la Casa Abadía y entre ellos el fénix de los ingenios Lope de Vega.

El duque de Lerma hizo que el rey Felipe III ordenara al receptor de Valencia en carta de 4 de mayo de 1613, que bajo inventario y recibido entregara en la Iglesia Parroquial de El Verger, el retablo, cálices, otras joyas y ornamentos de la capilla del Castillo de Serra Bernia, porque era una limosna que a dicha iglesia del Verger hacía el rey, por constarle la suma pobreza de la misma. Historia de Callosa de Ensarriá, Adolfo Salva Ballester. Tom 1 página 103. Edición del Instituto de Estudios Alicantinos. Este magnífico retablo desapareció 1936.

A principios del presente siglo, en 1903, se alojó el célebre Padre Nozaleda, arzobispo y primado de Filipinas, por no ser grata su presencia en Valencia, celebrando y presidiendo la festividad del Corpus Christi, y con el fin de darle mayor solemnidad a la fiesta, los acaudalados señores de esta localidad José Llorens y Na Bárbara Ferrando, regalaron a la iglesia un terno completo con palio de tisú, plata y oro.

Artísticamente el edificio no tenía ningún mérito. En 1774 se renovó y así ha llegado con sus sucesivos arreglos hasta 1936

La Casa Abadía