La técnica constructiva es tapia de mortero de cal con ladrillo macizo en dos caras y relleno de tierra en el interior. Podemos datarlo entre los siglos XIV y XVI. Se trata de un recinto rectangular, con una superficie aproximada de 900 m2, contiguo al río Girona. Quedan sólo restos de las cuatro fachadas, siendo la que mejor se conserva la recayendo al río. Los trapos son ciegos y lisos, no teniendo puertas, ventanas o elementos volados. Las paredes sólo se conservan hasta una altura de unos 5 m., Habiendo desaparecido el resto, desconociéndose su configuración original. Se van a iniciar unas excavaciones con el fin de comprobar si se trata de una almazara.